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¿es mala para el medio ambiente la minería de aguas profundas?

Tiempo: 2025-05-16

La minería de aguas profundas, que se refiere a la extracción de minerales del fondo del océano, ha generado preocupación por sus posibles impactos en el medio ambiente. Aunque hay ciertos beneficios económicos y tecnológicos asociados a esta práctica, también existen preocupaciones ambientales considerables:

  1. Destrucción de Hábitats: La minería de aguas profundas puede destruir ecosistemas frágiles y únicos que existen en el lecho marino. Estos hábitats, como los hidrotermales y los campos de nódulos polimetálicos, albergan especies que a menudo no se encuentran en ningún otro lugar del planeta.

  2. Perturbación del Suelo Marino: La actividad minera puede remover sedimentos, lo que podría afectar a organismos bentónicos y alterar los procesos ecológicos del fondo marino.

  3. Contaminación: La minería puede liberar metales pesados y otros contaminantes que pueden afectar a la fauna y la flora marina y, potencialmente, a las cadenas alimenticias que llegan hasta los humanos.

  4. Riesgo de Extinción: Muchas especies que habitan en las profundidades del océano tienen tasas de crecimiento muy lentas y pueden ser extremadamente vulnerables a los cambios. La minería puede poner en riesgo a estas especies, pudiendo llevar algunas incluso a la extinción.

  5. Ruido e Iluminación: Las operaciones mineras generan contaminación acústica y lumínica, que puede interferir en la vida marina, afectando la comunicación, el comportamiento de alimentación y la reproducción de diversas especies.

  6. Cambio en los Flujos de Nutrientes: La perturbación del suelo marino puede alterar los flujos naturales de nutrientes y materia orgánica, afectando la productividad biológica de grandes áreas del océano.

Dada la falta de estudios exhaustivos, el impacto completo de la minería de aguas profundas es todavía incierto, pero las preocupaciones actuales sugieren que podría ser dañina para el medio ambiente. Por esta razón, diversas organizaciones y científicos abogan por una moratoria en esta actividad hasta que se comprendan mejor sus consecuencias y se puedan establecer regulaciones más estrictas para proteger los ecosistemas oceánicos.